Sí, yo nunca hago fuera de casa
Sí, desde pequeña siempre me ha costado ir al baño
Sí, cada vez que me voy de viaje lo paso fatal
Sí, yo tengo que empujar mucho, y claro, luego tengo unas hemorroides muy molestas
Y… podríamos seguir con muchas respuestas
El estreñimiento puede tener múltiples causas;
- La motilidad intestinal
- La alimentación
- La poca ingesta de líquidos
- Alguna lesión o enfermedad intestinal…
Nos vamos a centras en las posibles causas por algún motivo funcional o de la musculatura perineal.
Muchas veces cuando preguntamos, “¿empujas para hacer caca?” La respuesta es “Sí, claro. ¿Cómo quieres que salgan las heces?”
Desde la fisioterapia decimos que eso es una conducta hiperpresiva para realizar la defecación o hacer un empuje en valsalva. Esto quiere decir, que coges aire, lo guardas en tu interior y empujas hacia la zona del recto de una manera intensa.
Esta fuerza tan grande produce un aumento de presión hacia la zona inferior de tu pelvis que es muy beneficiosa. Algunos de los síntomas puede ser la aparición de hemorroides, además de una imposibilidad de realizar la defecación o vaciado completo de la ampolla rectal.
¿Por qué NO debemos empujar para defecar?
La posición de sentado en el baño con los pies apoyados en el suelo produce un cambio en el ángulo de la ampolla rectal, y el puborectal aumenta su tensión produciendo un ahorcamiento de la ampolla
Si además de esa postura empujas hacia abajo el ángulo aumenta todavía más y dificulta más la expulsión de las heces.
En cambio, si pones los pies de puntillas o un taburete en tus pies produces una relajación del puborectal haciendo que el recto se verticalice. Y si añadimos una espiración mantenida (Soplar) se activa tu suelo pélvico, se eleva y hace un contraapoyo para facilitar la salida.
La postura sería similar a una posición de cuclillas en el suelo o como se ponen los niños pequeños en un orinal.
Piensa que cada vez que vas al baño a hacer caca es como un “microparto”, puedes sacar las heces empujando mucho en apnea (valsalva) y también puedes soplar. De ambas formas consigues la expulsión. Pero el funcionamiento biomecánico es totalmente diferente.
NO TE QUEDES CON LAS DUDAS
¡¡PRUÉBALO!!
Divúlgalo y cuéntaselo a tus amigos, hijos y familiares. ¡Tu suelo pélvico te lo agradecerá!