¡EL DOLOR EN TU VAGINA Y TU VULVA NO ES NORMAL!
El dolor en las relaciones sexuales es un problema más frecuente de lo que se suele pensar. Afecta a ambos sexos pero en mayor medida a mujeres. Las típicas preguntas que nos hacemos son:
¿Por qué a mí? ¿Es normal? ¿Soy la única?

NO eres la única. NO es normal. NO busques el por qué y ponle solución
¿Dispareunia o Vaginismo?
NO son lo mismo
Es importante saber la diferencia entre Dispareunia y Vaginismo.
El dolor durante la relación sexual, exactamente, durante la penetración, lo llamamos Dispareunia. La dispareunia es el dolor que se produce durante la introducción del pene dentro de la vagina. Existen dos tipos:

- Superficial: dolor en el inicio de la penetración, en el introito, la parte más externa de la vagina. Esta suele estar causada por infecciones, herpes, malformaciones, episiotomías, desgarros…
- Profunda: sensación de puerta cerrada, el pene no puede entrar o sensación de tope al final de la penetración. Esto puede ocurrir por hipertonía muscular, prolapsos, afectaciones ováricas, cirugías abdominales…
Por otro lado, el Vaginismo es una contracción involuntaria de la musculatura perineal, que hace imposible la entrada del pene, tampones o elementos de inspección ginecológica.
¿Hay solución?
SÍ, hay solución.
Como has podido leer antes, existen unos factores físicos predisponentes al dolor durante las relaciones. Existen diferentes aspectos que hay que tener en cuenta cuando tenemos dolor con la penetración:
- Puede haber una mala lubricación.
- Debemos de hacernos una revisión en nuestro ginecólog@ para descartar otro tipo de patologías infecciosas.
- Si hemos sufrido un desgarro o tenemos una episotomía dolorosa, como cualquier cicatriz, debe de tratarse.
- Durante la lactancia, disminuye el nivel de estrógenos y puede provocar sequedad vaginal.
- Tras la menopausia, también el descenso del nivel de estrógenos, puede provocar atrofia vaginal y en consecuencia sequedad vaginal.
- Las contracturas musculares y tensiones fasciales a nivel perineal pueden tratarse con fisioterapia.

Es importante establecer un buen diagnóstico para enfocar el tratamiento de la mejor forma posible.
¿Por dónde empiezo?
Habla de ello, exprésalo y busca tu propio camino.
A lo largo de nuestra vida, vamos adquiriendo unos conocimientos e ideas en cuanto a la educación sexual que pueden provenir del colegio, nuestra educación familiar, lo que vemos en los medios de comunicación y creencias religiosas. Todo ello forma unas creencias y un ideal sexual, que puede no coincidir con tu madurez actual. Y ahí, es por donde tienes que empezar, escuchándote.

En una relación sexual influyen factores; como el ambiente de confianza, la apetencia sexual, la conexión con la pareja y tu propia voluntad de querer. Todo este conjunto consigue llevarte una relación sexual placentera.
Los últimos estudios realizamos a nivel mundial, certifican que el dolor prolongado y mantenido durante las relaciones, puede causar estrés y ansiedad. Por lo que, las emociones afectan directamente a nuestro organismo. Y viceversa.

“Sí un hecho físico puede producir un estado psicológico, un estado psicológico puede producir un hecho físico” (Neville)