¿Sabías que los hombres también tienen suelo pélvico? El suelo pélvico es un músculo común tanto en el hombre como en la mujer. Podríamos decir que cambia ligeramente la morfología porque las mujeres tienen un orificio más, la vagina. Pero a nivel funcional somos exactamente iguales.
Si para muchas mujeres el suelo pélvico es un auténtico desconocido, para los hombres ya es un 0 a la izquierda. Desgraciadamente sólo le prestamos atención cuando tenemos alguna patología.
La próstata es una parte del aparato reproductor masculino, el cual está formado por el pene, la próstata, vesículas seminales y los testículos. La próstata se sitúa justo debajo de la vejiga y delante del recto. Tiene el tamaño aproximado de una nuez y envuelve a la uretra (el conducto por donde se vacía la orina de la vejiga). La función de la próstata es producir el líquido que forma parte del semen.
A medida que los hombres envejecen, la próstata tiende a aumentar de tamaño. Esto puede provocar que la uretra se angoste y disminuya el flujo de orina. Esto se llama hiperplasia prostática benigna y no es lo mismo que el cáncer de próstata.
La vejiga ya puede ir avisando poco a poco de que se está produciendo cambios en la próstata. Normalmente cuando se produce una hiperplasia, es decir, un aumento de su tamaño, podemos encontrar los siguientes cambios:
- Poliuria nocturna. Orinar muchas veces y poca cantidad de orina. Más de 2 micciones NO es normal.
- Poliuria diaria. Orinar muchas veces y poca cantidad de orina. Más de 8 micciones NO es normal.
- Goteo postmiccional. Mojar la ropa interior después de orinar.
- Urgencia miccional. Tener que ir corriendo al servicio porque sino, te orinas encima.
- Conducta hiperpresiva. Tener que empujar tanto para empezar como para terminar.
- Alteración del chorro miccional. Cambio en la presión, sale más flojo o entrecortado.
Si has detectado algunos de estos cambios te recomendamos que acudas al urólogo y con su informe, realizar una valoración de tu suelo pélvico por un fisioterapeuta experto en la materia para trabajar todo lo nombrado anteriormente.
Una de las patologías más habituales que afectan al suelo pélvico en el hombre es la prostatectomía radical. Es decir, la extirpación completa de la glándula de las próstata por un tumor o cáncer. Las secuelas más comunes son:
- Incontinencia urinaria severa
- Disfunción eréctil por completo con dificultad de recuperación de la erección
- Dolor abdominal
- Adherencias de las cicatrices abdominales
- Dolor en el periné al estar sentado
- Estreñimiento
- Dolor en el glande del pene
Las dos secuelas más preocupantes son la incontinencia y la disfunción eréctil. Desde la fisioterapia se trabaja con ejercicios de suelo pélvico, tratamiento de las cicatrices y el dolor o reeducación de la conducta miccional, entre otras.
Para conseguir una pronta y rápida recuperación se recomienda empezar la rehabilitación una vez retirada la sonda vesical, y sobre todo, lo recomendable sería realizar una valoración perineal o ejercicios de suelo pélvico 3 meses antes de la operación.
Ahora ya no es un desconocido. ¡Tu suelo pélvico existe!
Sólo te falta… ¡Trabajarlo!
¿Te animas?