Emociones en la pelvis

[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=»Tu cuerpo te habla, tu pelvis te habla. Solamente tienes que saber qué te quiere decir.» font_container=»tag:h2|font_size:22|text_align:left|line_height:1.7em» google_fonts=»font_family:Open%20Sans%3A300%2C300italic%2Cregular%2Citalic%2C600%2C600italic%2C700%2C700italic%2C800%2C800italic|font_style:300%20light%20regular%3A300%3Anormal» css=».vc_custom_1537374026253{margin-bottom: 41px !important;}»][vc_column_text css=».vc_custom_1537374125817{margin-bottom: 31px !important;}»]Os quiero explicar cómo evoluciona la pelvis y la emoción, a la vez que una niña se convierte en mujer.

Una niña nace y crece en un entorno familiar tóxico de doble moral donde le inculcan valores ambiguos y restrictivos. Sumisión. A través del lenguaje verbal y no verbal se entiende que la mujer debe obedecer al hombre, la mujer debe complacer al hombre, la mujer que folla es una puta.

Uno de esos días cuando la niña todavía era niña, se acerca un conocido de la familia a ella y le toca más de lo que ella entiende como inexcusable. Invade su intimidad. Ella, acongojada, decide esconderlo y no contárselo a nadie por miedo a haber «hecho algo mal». Casi diez años después, se lo cuenta a su madre. En este ambiente familiar en el que también se teme mucho el «qué dirán» la respuesta es: » Eres un poco exagerada, mejor no se lo contemos a tu padre».  Para la niña, ya adolescente, el dolor de esa respuesta es mayor que el de la experiencia diez años antes.

Esta niña, ya adolescente, crea un gran bloqueo en su pelvis. A nivel físico su pelvis no existe, su suelo pélvico no existe. Además, a nivel emocional se produce un bloqueo ante cualquier acercamiento de una persona del sexo opuesto. El sexo es vivido con recelo y sumisión. Y el placer es algo ajeno, lejano, abstracto y muchas veces considerado no merecido.

La niña se convierte en mujer y la relación con el sexo opuesto se hace compleja y dolorosa, sin saber por qué.  «Yo no merezco la pena, no valgo como mujer. Hay un monstruo dentro de mí que debe ser escondido en mi interior.”[/vc_column_text][vc_custom_heading text=»Pero llega un día en el que algo cambia dentro de esta mujer y decide tomar las riendas de su vida. » font_container=»tag:h3|font_size:30|text_align:left|color:%23222222|line_height:1.6em» google_fonts=»font_family:Raleway%3A100%2C200%2C300%2Cregular%2C500%2C600%2C700%2C800%2C900|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1537374110114{margin-bottom: 18px !important;}»][vc_column_text css=».vc_custom_1537374181350{margin-bottom: 31px !important;}»]Pero llega un día en el que algo cambia dentro de esta mujer y decide tomar las riendas de su vida.

Esta mujer acude a fisioterapia para hacer rehabilitación de suelo pélvico por una diástasis abdominal. En la consulta, también se revela que padece incontinencia urinaria. A nivel muscular no tiene conciencia corporal de la pelvis, no sabe y no puede contraer su periné. Poco a poco, con el trabajo de ambas comienza a haber evolución en cuanto a sus síntomas. Pero sobre todo, hay un punto de inflexión en la evolución cuando entiende que somos cuerpo y mente, somos un todo.

Todo lo que hemos vivido se expresa mediante el habla, la emoción o el cuerpo. Es en este momento cuando se integra el concepto de que, la emoción la ha hecho enfermar. Si la emoción enferma, la emoción también puede curar.

Cada día sale de la consulta una mujer diferente más fuerte, más segura. Los pensamientos de esa niña están cambiando, los pensamientos de esta nueva mujer son: “Soy fuerte, creo en mí. La fortaleza sale de mi pelvis. Conforme más fuerte tengo mi suelo pélvico más confianza tengo mí. Me quiero como persona y como mujer.”

La inconciencia emocional produjo una inconciencia corporal.  El ser capaz de afrontar profundas emociones le ha hecho capaz de hacerse cargo de su pelvis. El querer cambiar le hace conocerse y quererse cada vez más.

Y además, poco a poco aparece una nueva reflexión en esta mujer. “No quiero ser una mujer objeto. Quiero disfrutar de las caricias y del contacto físico de mi pareja, quiero disfrutar del sexo, quiero hacer el amor.”

Ella cree en sí misma.

 

Y ahora yo os pregunto; qué le ha hecho a esta mujer erradicar su incontinencia, qué le hizo querer acudir a un fisioterapeuta. El cuerpo expresa porque cree que se puede curar, solamente tenemos que entender qué nos quiere decir.

 

Después de todo esto sólo puedo dar las gracias. Gracias por dejarme aprender de vosotras. Gracias por dejarme crecer con vosotras.

Gracias[/vc_column_text][vc_column_text css=».vc_custom_1537374167037{margin-bottom: 31px !important;padding-top: 25px !important;}»]Mª Carmen Carrillo Leal
Fisioterapeuta especializada en Pelviperineología y Obstetricia[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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